miércoles, 26 de abril de 2017

Visita del Patriarca Ecuménico al CMI



El Patriarca Ecuménico, Su Santidad el Patriarca Bartolomé I, pronunció una alocución pública en el Centro Ecuménico en Ginebra el 24 de abril como parte de su visita oficial a Suiza con motivo del 25o aniversario de su entronización como Patriarca Ecuménico y el 50º aniversario del Centro Ortodoxo del  Patriarcado Ecuménico en Chambesy.

En su extensa alocución a la audiencia, el patriarca habló sobre las razones y los logros del Santo y Gran Concilio, convocado en Creta en Junio de 2016, el papel de la ciencia y la tecnología en la sociedad contemporánea, el imperativo teológico de hacer frente al cambio climático, la difícil situación y las perspectivas de los niños hoy en día, la importancia de luchar contra la trata de seres humanos y las formas modernas de esclavitud y la necesidad de que todos los cristianos aborden estas cuestiones de forma práctica.

Unidos frente a todas estas cuestiones, “debemos trabajar todos juntos en contra de este espíritu y por la promoción de una cultura de la solidaridad, el respeto a los demás y el diálogo. Además de sensibilizar las conciencias, debemos participar en iniciativas y acciones concretas. Necesitamos una mayor movilización a nivel práctico.” dijo.

Tras recordar a su audiencia que el Patriarcado Ecuménico fue decisivo, hace casi cien años, en el inicio del movimiento ecuménico y su búsqueda de la unidad, Bartolomé citó los hitos de la iglesia y su propio compromiso con el CMI. Desde 1995, el patriarca ha tenido representación permanente  en el CMI en Ginebra, actualmente encaminada por el arzobispo Job de Telmessos.

Un elemento básico en el espectro de las preocupaciones de Bartolomé, dijo el patriarca, es el compromiso firme y permanente de las iglesias ortodoxas al ecumenismo.

“Nosotros los ortodoxos creemos firmemente que el objetivo y la razón de ser del movimiento ecuménico y del Consejo Mundial de Iglesias es hacer realidad la oración final del Señor de “que todos sean uno” (Jn 17:21), que está bordada en el bello tapiz que decora la pared de esta sala.

“Por este motivo, el Santo y Gran Concilio hizo hincapié en que “la participación ortodoxa en el movimiento para el restablecimiento de la unidad con los otros cristianos en la Iglesia una, santa, católica y apostólica no va en absoluto contra la naturaleza y la historia de la Iglesia Ortodoxa, sino que constituye la expresión consecuente de la fe y tradición apostólica en unas circunstancias históricas nuevas.’”

Bartolomé, quien celebra sus 25 años como Patriarca Ecuménico y Arzobispo de Constantinopla, fue recibido en el centro por el Rev. Dr Olav Fykse Tveit, secretario general del CMI.

Tveit se refirió a Bartolomé como “uno de los líderes de la iglesia más respetados hoy en día” en su calidad de líder de las iglesias ortodoxas bizantinas del mundo,” e hizo especial hincapié en la voz moral y testimonio profético firmes del patriarca en la escena internacional, así como también para los simples cristianos, como él, en todas partes.

“Me inspiró la claridad con la que presentó las dimensiones más básicas y proféticas de nuestra fe, incluso ante cualquier audiencia, animándolos a adoptar una postura moralista en nuestro cuidado por la humanidad, los derechos humanos, la justicia y paz, así como también – y particularmente – por toda la creación de Dios en este planeta tierra en el que vivimos,” dijo Tveit.

Las respuestas a la alocución del patriarca fueron presentadas por Tveit, el secretario general adjunto del CMI la Prof. Dra. Isabel Apawo Phiri y el arzobispo Job.

Según Tveit, el discurso del patriarca inspiró una reflexión renovada sobre la búsqueda permanente y carácter cambiante de la unidad cristiana—en especial en su trabajo en el mundo. ¿Por qué tiene lo que hacemos en esta casa y en estas organizaciones, inspirados por el llamamiento a las iglesias a ser una, un valor añadido para la familia humana?,  preguntó.

Tveit afirmó con rotundidad la petición del patriarca por solidaridad ecuménica.

“Esta forma de ser mutuamente responsables en nuestro compromiso con el diálogo nos puede llevar a la liberación y puede ayudarnos a encontrar nuevas maneras sostenibles de avanzar. El diálogo ecuménico puede servir al mundo como camino para ambos: la cruz y la resurrección. Nuestra fe común en Jesucristo es, en esencia, esperanza.”

Teniendo en cuenta las observaciones del patriarca sobre “el derecho inviolable e innegociable” al agua y su extraordinario liderazgo en el área de  justicia climática, Phiri destacó el trabajo consonante del CMI y su designación en 2016 como parte de la Comunidad Azul por sus esfuerzos para garantizar agua potable y saneamiento como un derecho humano. En 2015, recordó, el CMI hizo un llamado urgente  a las personas y comunidades para que rechazaran las botellas de agua como un paso significativo hacia la justicia del agua y pidió a las Iglesias a que lideraran esta lucha contra las botellas de agua.

Al referirse a la peregrinación de justicia y paz del CMI Bartolomé reiteró su invitación a todas las iglesias miembros a “caminar juntas en aras de una búsqueda común, renovando la vocación de la iglesia por medio de la colaboración y la participación en las cuestiones más importantes en materia de justicia y paz, para la sanación de un mundo lleno de conflictos, injusticia y dolor”.


Fuente: CMI